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El ocio alternativo

16-06-2020


El ocio alternativo

En los últimos años, en los que la oferta de ocio cada vez es mayor, los juegos de mesa se han posicionado como una alternativa no solo para los/as más pequeños/as de la casa, sino para muchos grupos de amigos/as o parejas que prefieren una velada de fichas, cartas o dados antes que cualquier otro plan.


En el siglo XX un juego de mesa para adultos se consideraba que no era adecuado para los niños/as, debido a la dificultad de sus mecánicas o de sus conocimientos avanzados. La reciente calificación de algunos juegos de mesa como exclusivamente dirigidos a un público adulto, es debido a que incluyen episodios de violencia o sexo no aptos para un público infantil. Este enfoque narrativo era desconocido o poco explotado en el sector.


Los primeros juegos de mesa se remontan a las primeras civilizaciones, como el Senet, desarrollado en el antiguo Egipto, pasando por la evolución del Ajedrez y llegando hasta el siglo XVI con los primeros indicios de juegos que gozan de mayor popularidad hoy día, como el Juego de la Oca.


Es en el siglo XX cuando el comercio despega y, por ende, el desarrollo de nuevos juegos de mesa para aquellas personas que pudieran permitirse su adquisición. Los primeros son versiones de los juegos de mesa populares o tradicionales. En España, a principios del siglo XX, se comercializaron juegos como el Juego de la Oca, las Damas o el Ajedrez. Pero también aparecieron otros, como el del Caballo Blanco o la Aduana, este ya existente en la década de los años treinta y que incluía la bandera republicana en la ilustración de la caja. Ambos juegos se presentaban en una caja de madera o cartón, según la versión, y unos componentes de los mismos materiales. El juego consistía en pujar para conseguir unas cartas determinadas: se tiraban dos dados diferentes, unos numéricos y otros con figuras, que indican las acciones posteriores de los/as jugadores/as, a saber, pagar por dicha carta o bien obtenían un beneficio por poseerla.


Los famosos Juegos Reunidos de la casa valenciana Geyper, cuya aparición ronda los años cincuenta, reunían una gran selección de juegos de mesa en una misma caja, como el Tres en Raya, el Parchís o la Ruleta, entre otros. Existían muchas versiones, la de mayor tamaño contenía unos 65 juegos. También se vendieron versiones básicas, cuyo precio era más asequible (la más pequeña reunía 10 juegos). A diferencia de los juegos de mesa mencionados con anterioridad, los Juegos Reunidos ya incluían el plástico en sus componentes. Este producto alcanzó su éxito de ventas entorno a la década de los setenta, debido a su variedad de juegos, aptos para toda la familia.


La introducción de la televisión en los hogares españoles se consolidó en esta década de los setenta. Con la pequeña pantalla sobreponiéndose al cine como soporte, el hogar se convirtió en un nuevo espacio de ocio. Este giro de tuerca evolucionará hasta nuestros días, cuando las industrias del entretenimiento han atinado y conseguido ganarse a un público que busca la recreación entre cuatro paredes.


<<No dejamos de jugar porque nos volvamos viejos, nos volvemos viejos porque dejamos de jugar>> · Benjamin Franklin


Autor: Borja Guilló, técnico del Museo Escolar.

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